1.3. Los discípulos en el evangelio de Lucas
También Lucas matizó y suavizó la visión que Marcos tenía
de los discípulos, y lo hizo con los mismos recursos que Mateo: introduciendo
retoques redaccionales en los textos de Marcos, incluyendo los dichos de Q, e
incorporando tradiciones propias. La visión lucana puede apreciarse, también en
este caso, a través del relato de la pasión de Jesús y de los acontecimientos
pascuales. La presentación que Lucas hace de los discípulos es mucho más
respetuosa. Ni siquiera se menciona el hecho de que abandonaron a Jesús, y la
negación de Pedro es mucho menos dramática. Lucas la ha cambiado de lugar (Lc
22,54-62), para que el discípulo pueda acompañar a Jesús con las lágrimas del
arrepentimiento. La ampliación de las apariciones a los discípulos (Lc 24) es
también un signo de esta nueva visión.
Lucas contempla la relación de los discípulos con Jesús
desde una perspectiva diferente a la de Mateo y Marcos. Su comunidad no se
encuentra acosada por un grupo judío que la cuestiona, sino insertada en un
mundo pagano, que puede acabar disolviendo lo más genuino del mensaje
cristiano. Desde esta situación, lo que más valora y subraya en los discípulos
es la radicalidad de su seguimiento: su respuesta a Jesús, la disposición a
seguirle aunque para ello sea necesario renunciar a todo. Lucas concibe el
discipulado como un proceso que se vive junto a Jesús camino de la cruz. La
construcción más original de su evangelio desde el punto de vista literario, la
sección del viaje a Jerusalén que abarca casi diez capítulos (Lc 9,51-19,28),
es en realidad una pausada instrucción sobre el sentido y las exigencias del
discipulado. No es casual que Lucas haya colocado al comienzo de este viaje una
sección, tomada básicamente de Q, que trata sobre el seguimiento y la misión
(Lc 9,57-10,24). En la visión de Lucas, discípulo es aquel que acepta dejarlo
todo para seguir a Jesús y vivir según la radicalidad de sus enseñanzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario