Discipulado
SUMARIO: 1. Los discípulos de Jesús en los evangelios.
1.1. Los discípulos en el evangelio de Marcos. 1.2. Los discípulos en el
evangelio de Mateo. 1.3. Los discípulos en el evangelio de Lucas. 1.4. Los
discípulos en el evangelio de Juan. - 2. Tradiciones históricas sobre el
discipulado en los evangelios. 2.1. Tradiciones históricas en Marcos. 2.2.
Tradiciones históricas en Q. 2.3. Tradiciones históricas en el resto de las fuentes.
-3. El discipulado en el círculo de Jesús. 3.1. Discípulos, seguidores y
simpatizantes de Jesús. 3.2. Los discípulos son testigos de lo que Jesús hace y
dice. 3.3. Los discípulos comparten el estilo de vida de Jesús. 3.4. Los
discípulos comparten el destino de Jesús.
Jesús llamó a algunos de sus seguidores para que le siguieran y se convirtieran en discípulos suyos (véase: Vocación III, 3). Según los evangelios, ser discípulo consiste en "seguir a Jesús" (Mc 1,18), "ir detrás de él" (Mc 1,20) o "estar con él" (Mc 3,14). Ser discípulo implica, por tanto, una relación dinámica con Jesús.
El discipulado fue un elemento central en el ministerio
de Jesús. Su actuación, su forma de vida y sus enseñanzas tuvieron como
primeros destinatarios al grupo de estos discípulos más cercanos, que
observaban, aprendían, preguntaban... Los discípulos desempeñaron también un
papel decisivo en la continuidad de su proyecto, pues fueron ellos quienes
conservaron la tradición sobre Jesús y quienes difundieron su
mensaje. La centralidad del discipulado se manifiesta también en la importancia
que tuvo el recuerdo de aquellos seguidores de Jesús para las primeras
comunidades. Los evangelios, que fueron escritos en la segunda generación
cristiana, reflejan esta preocupación. En ellos encontramos diversos retratos
de los discípulos, determinados, en parte, por la situación y las
preocupaciones de las comunidades en las que nacieron.
1. Los discípulos de Jesús en los evangelios
Los discípulos son, junto con Jesús, los personajes más
importantes de los evangelios. En muchos aspectos, las noticias que los
evangelistas nos ofrecen acerca de ellos coinciden básicamente. Así, por
ejemplo, todos ellos están de acuerdo en que Jesús llamó a sus primeros
discípulos al comienzo de su actividad pública. También están de acuerdo en que
le acompañaron en todo momento y fueron testigos de lo que hacía y enseñaba, y
coinciden en que a veces les explicaba algunas cosas sólo a ellos. Los cuatro
evangelios concuerdan también en que estos discípulos vivieron algunos momentos
de crisis en su seguimiento, y que cuando llegó el momento de su pasión la
mayoría de ellos lo abandonaron.
Sin embargo, junto a estas coincidencias básicas,
encontramos que los evangelistas difieren en aspectos importantes a la hora de
presentar a los discípulos. Las diferencias más notables son las que existen
entre los Evangelios Sinópticos (Mt, Mc y Lc) y el evangelio de Juan. Según los
Sinópticos, Jesús llamó a sus primeros discípulos en Galilea, mientras que
según Juan esta llamada tuvo lugar en Judea. Tampoco se ponen de acuerdo a la
hora de identificar a aquellos discípulos (Juan: Felipe, Natanael; Sinópticos:
Santiago, Juan, Leve. Ni siquiera los Evangelios Sinópticos coinciden del
todo en su visión de los discípulos, y cuando se comparan los pasajes que
hablan de ellos, se observa que Mateo y Lucas han modificado notablemente los
textos de Marcos, creando así distintas imágenes de los discípulos y diversos
modelos de discipulado.
Los evangelistas trataron de ser fieles a la tradición
que les habían transmitido los cristianos de la primera generación, pero al
mismo tiempo estaban interesados en que aquella tradición iluminara la
situación que estaban viviendo sus comunidades. Las coincidencias muestran la
fidelidad a la tradición recibida; mientras que los acentos propios reflejan su
preocupación por lo que estaba pasando en sus comunidades. La riqueza de los
evangelios consiste en haber incluido la experiencia de las dos primeras
generaciones cristianas, en las que se vivió de formas diversas el proyecto
iniciado por Jesús. Vamos a detenernos ahora en la presentación que cada uno de
los evangelios hace de los discípulos. Será necesariamente una exposición
breve, que nos servirá para distinguir entre redacción y tradición. De este
modo podremos identificar mejor las tradiciones históricas subyacentes y
describir con más precisión los contornos del discipulado tal como lo entendió
Jesús y lo vivieron sus primeros discípulos.
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